jueves, 22 de junio de 2006

Insomnio - Minificciones

Insomnio
Irving Moncada

De su estómago brotaba sangre copiosamente. No podía creer que era eso para lo que me habían entrenado con tanto esmero y dedicación, que era eso por lo que sacrifiqué tener una vida normal. No me sorprendió que intentara apuntarme, ni que su bala me golpeara una pierna; era su última oportunidad de morir por alguna causa. Yo tenía que terminar con aquello y hacerlo de cerca para saber finalmente de qué se trataba El Enemigo. Caí a su lado algo adolorido y pude ver las contorsiones en su cara, causadas, imagino, por el dolor. También pude oír sus gritos sordos que me maldecían indirectamente; yo entendía ese dolor, también era un poco mío. Pronto moriría, clavando esa mirada inexpresiva de los muertos en mi mente. Mi enemigo era él, pero él ya no está, ahora es sólo su mirada indolente que viene a visitarme todas las noches cuando pretendo dormir, como si tuviera una vida normal.

No hay comentarios: